"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
jueves, 25 de abril de 2013
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: Canto V
¿Qué va a ser de nosotros, mi amada?
¿No lo has pensado nunca
mientras salías al camino a despedirme,
mientras apilabas las vivencias
como a dobladas prendas en un vestidor,
mientras con dulces labios
algunas veces me llamabas tuyo?
Sabemos que del claro Elíseo
que se alza en el aire cuando juntos
estamos siempre se retorna,
y que la dicha que se pinta en las miradas
con pincel luminoso
jamás termina de saciarlas
por completo, como si temiera
su propia plenitud.
Y que proseguimos, separados,
el abrupto itinerario
de la vida, contemplando llanuras
repletas de anémonas,
pero ya no las nuestras,
y brumas en el cielo que desconocen
el caluroso nudo
que formaron las sombras abrazadas.
¿Oyes a la ausencia lamentarse en las colinas?
El alba del estío, insistente,
extiende su pergamino parduzco
para que escribamos sobre él,
preguntándonos qué razón
o qué impulso hicieron posible
el portento de amarnos unas horas,
la sublime locura
de subir a la montaña de Dios,
hollando el estéril hielo de la muerte;
para que, con clarividencia trémula,
después que el éxtasis haya concluido,
leamos que el Capricho
adornó con nosotros un juguete
y que la turbia Melancolía
nos hará, en adelante, sus codiciados trofeos.
martes, 16 de abril de 2013
SOÑAR DESPIERTO
Si este banco
tuviera una proa
sería un navío.
Si el navío
siguiera un rumbo
iría a Ítaca.
Si navega hacia Ítaca
debo de ser Ulises.
Si soy Ulises
mi fiel esposa, a estas horas,
ya se ha acostado con sus pretendientes,
sin faltar uno,
después que se comieron
mi patrimonio
y molieron a palos a mi hijo...
Un momento. Esto no figuraba
en el guión.
Vaya birria de sueño.
¿Quién me mandaría...?
Será mejor no cambiar nada
en este parque,
que se tuesta desnudo, como una piel
fijada a las parrillas de la luz,
y no oyó nunca hablar de la Odisea.
viernes, 5 de abril de 2013
CUANDO FALTAN LAS PALABRAS
"Penetre en ti callada mi ternura...".
Adelardo López de Ayala.
Te hubiera dicho con rumor distinto
lo que en el fondo de mi afán había:
el amor, el embrujo, la poesía,
eternos brazos con que ser tu cinto.
Te hubiera dicho que en tenaz jacinto
tu presencia a mi cuerpo convertía:
el olor, la elegancia, la armonía,
alada gracia para el fiero instinto.
Te hubiera dicho más, que representa
este verbo, buscado de astrolabios,
clara merced del cielo generoso.
Pero al mirarme en ti perdí la cuenta
y me dejé en la cárcel de los labios
del corazón al mirlo tembloroso.
Adelardo López de Ayala.
Te hubiera dicho con rumor distinto
lo que en el fondo de mi afán había:
el amor, el embrujo, la poesía,
eternos brazos con que ser tu cinto.
Te hubiera dicho que en tenaz jacinto
tu presencia a mi cuerpo convertía:
el olor, la elegancia, la armonía,
alada gracia para el fiero instinto.
Te hubiera dicho más, que representa
este verbo, buscado de astrolabios,
clara merced del cielo generoso.
Pero al mirarme en ti perdí la cuenta
y me dejé en la cárcel de los labios
del corazón al mirlo tembloroso.
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