"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
lunes, 14 de julio de 2014
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: CANTO XII
El último día del mundo es este día
en el que tengo que alejarme de ti.
Y, sin embargo, nubecilla, halo
polvoriento, evaporada sombra, humo,
siendo ya casi nada,
sé que en adelante el poco
o mucho tiempo que me reste
hasta volver a lo que éramos
residiré en tu apartada esencia.
El delgado umbral de mi vida
no será, pues, la soledad,
ni atenderé las peticiones
de mi desfalleciente alma sin oírte,
ni tampoco las manos que alce
para cubrirme del Sol
dejarán de notar tus propias manos.
Aunque un vasto territorio
nos separe, no puede evitar
en modo alguno
ese doble latido de mi corazón
al albergar tu sueño.
Diseñando los edificios fugaces
de los poemas siempre te incluyo a ti;
habito, duermo, pienso...
y en todo vas conmigo,
que las manzanas de mis palabras
ya condensan tu sidra,
y mi pesar tu lluvia,
y cualquier cosa que haga
jamás estará libre
de tan íntima complicidad.
Si acaso elevo al Cielo mi plegaria
estoy seguro de que también
se redime tu boca;
y si llego a llorar
siento que las estrellas
tiemblan al unísono
en las bañadas mejillas de los dos.
martes, 1 de julio de 2014
DON DE LA PALABRA
No me acostumbro a oírla
en boca de políticos:
los muy apestosos.
Tampoco creo que en pólizas,
folletos, reclamaciones
administrativas
o títulos de propiedad
pueda enorgullecerse.
Si a la criatura humana
se le otorgó este don no fue
para ser malgastado en todo esto.
Decir acaso
que "este Sol de enero
recorre el cielo en su brasero de ámbar",
o que "la musa peina
el oscuro abanico de sus cabellos
sin saber que la estoy contemplando",
se acerca certeramente a lo esencial.
El íntimo deseo de comprimir
la belleza es la forma
pasajera, el pálpito fugaz
que nos hace partícipes de lo eterno.
Cabe calentarse
con esta certidumbre
en medio de la fría soledad del mundo.
Cabe echar al olvido
los desperdicios de unos cuantos telediarios.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)