"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
miércoles, 20 de mayo de 2015
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: CANTO XVI
No quieras verme ahora.
El final del verano acorta ya los días,
almacena su provisión de nueces
la laboriosa ardilla,
el cobre lánguido del heno
se asoma en los pajares,
bandadas de estorninos rasgan
el cielo con sus proas negras
y mis ojos contemplan todo esto
convalecientes de su mal.
No, no me veas.
Ninguna de sus galas vistosas
deparó Natura a este mísero,
que llegó tarde al canto
de los vivos setos al atardecer,
de la linfa saltarina
del agua, de la coral
que entonan los pupilos del viento,
y, envilecido por esa desposesión,
camina solitario y cabizbajo.
Es mejor que no me veas.
Si mirases el surco
que en mi rostro ha trazado
el dolor, o la torpeza
de manos que no sienten,
o la curva caída
de mi boca, o mi andar
vacilante que se excusa de todo,
seguro que a mi silueta
no la conocerías.
Definitivamente, no me veas.
Tu luz iba a calcinar
mi avergonzada bruma,
y también sería duro
observar cómo ríes,
cómo respondes con despego
a mi súplica desesperada,
para que, a cambio de las cosas
que antes fueron tan nuestras,
sólo quede mi llanto inconsolable.
martes, 5 de mayo de 2015
EL AMOR LLEGANDO A DESHORA
"Tendremos mucho tiempo", musitaste.
Y el terciopelo
de tu mirada lo estaba confirmando.
Mucho tiempo... para ver despuntar
los copos del almendro,
las lágrimas de luz
que en el arroyo tiemblan;
para sentir el peso
de las calientes piedras del verano
y el ocre que se desangra
en cada crepúsculo;
para apagar, uno a uno,
el pabilo de los luceros
en las noches que empiezan a durar
de la otoñada,
con las gotas de lluvia
pintándonos senderos en la piel;
para ponerle su bufanda
terrosa al muñeco de nieve;
para reir con las heladas
campanillas,
y estremecerse entre cobertores
y desesperarse...
Sí, tendremos mucho tiempo.
Salvo para que alce
el dios adolescente
su vuelo ya olvidado
y se libre del hierro y del arnés.
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